Enero 2024
En estas páginas hallarás una cuidadosa selección atemporal de poesía y narrativa que desdibuja las manecillas del reloj y disuelve los rígidos contornos del calendario. Este número es un refugio ante la incesante medición del tiempo, un espacio donde el consumo y la búsqueda de un “mañana ideal” se transforman en un eco lejano frente a la auténtica experiencia del ser.
ARTÍCULOS Y EDITORIALES
Elizabeth Sicilia
1/22/20242 min read


Así arrancamos el año reflexionando sobre el tiempo y el ser humano. En esos comienzos que nos regala el mes de enero se entretejen esperanzas hacia el mañana, recuerdos cálidos y la invitación a habitar un presente que a menudo se diluye en la rutina. Esa sensación de renacimiento nos impulsa a cuestionarnos la manera en la que entendemos y medimos la existencia: el tiempo, tan fugaz e inasible, se vuelve a la vez promesa y espectro, un telón de fondo en el que se despliegan nuestros sueños y desencuentros.
La vida moderna nos arrastra en un espiral en el que el tiempo se cuantifica y se agenda, transformándose en una incesante lista de compromisos, suscripciones y cursos. Así, en un intento por llenar ese vacío existencial, punteamos nuestros días con métricas y planificaciones –desde los gimnasios hasta aquellos “visión board” que idealizan un mañana perfecto–, olvidando quizá que el tiempo, en su esencia, es un lienzo sobre el que se plasma la emoción y la creatividad.
En este diálogo ancestral entre la fugacidad y la eternidad, el poeta Octavio Paz nos invita a repensar nuestra relación con el tiempo. En obras como El arco y la lira, Paz nos propone ver el tiempo como algo más que una secuencia lineal: es una construcción hecha de memorias, instantes y la luz de la reflexión. Él afirmaba que “la luz es el tiempo que se piensa”, una declaración que nos impulsa a trascender la fría mecánica de las manecillas y a sumergirnos en la calidad poética de cada instante. Asimismo, en La estación violenta, el autor nos desafía a no sucumbir ante la tiranía del calendario, sino a descubrir que en la experiencia artística reside la fuerza para transformar lo medido en algo intensamente vivido.
Así, en nuestra edición de enero hemos reunido una selección atemporal de poesía y narrativa, una invitación a desplazarnos a escenarios donde el tiempo se disuelve en la belleza del arte y la palabra. Aquí, el reloj y el calendario se vuelven insignificantes ante la inmensidad de una idea, de un verso que se extiende y se reinventa en cada lectura. ¿Te animas a explorar este universo en el que el pasado, el presente y el futuro se fusionan y nos brindan una nueva posibilidad de existencia?

