Francisco Araya Pizarro

En los confines del año 4123, cuando la Tierra se convirtió en un eco digital y los humanos flotaban en órbitas de acero y memoria, nace una historia de rebelión emocional y despertar humano. AS DE SANGRE no es solo una narrativa de ciencia ficción, es una búsqueda visceral por recuperar lo que alguna vez nos definió: nuestra capacidad de sentir.

JULIO 2025POESÍA Y NARRATIVA JULIO 2025NARRATIVA

Coordinación general: Elizabeth Sicilia

7/14/20253 min read

Algo sobre mí.

FRANCISCO ARAYA PIZARRO
Nacido en 1977 en Santiago de Chile, Artista Digital, Diseñador Gráfico Web, Asesor en Marketing Digital y Community Manager para empresas privadas y ONGs asesoras de las Naciones Unidas, además de Investigador. Y Escritor de Ciencia Ficción.

AS DE SANGRE

En el año 4123 D. C., la Tierra ya no era más que un recuerdo, del cual su conocimiento estaba en archivos digitalizados, pero en su realidad física, disperso en una vasta red orbital conocida como el Anillo de Gaia. Las civilizaciones humanas subsistían en estaciones espaciales, donde la cultura hasta ese entonces se regía por clanes de asesinos, filósofos y constructores de realidades. Entre ellos, el Clan de las Mil Máscaras dominaba el arte del espionaje y la manipulación. Kiro Yuroshi, conocido como el As de Sangre, era uno de sus asesinos más letales. Entrenado desde la temprana e inocente infancia, su cuerpo estaba cubierto por un traje de biofibra que se adaptaba a su entorno. Su arma principal era una kátana, cuyo poder se alimentaba de los impulsos de su corazón artificial. Cada misión cumplida dejaba una marca en su espalda: una flor roja tatuada, símbolo de su progreso hacia la Ascensión del As. Kiro había acumulado noventa y nueve flores. La centésima significaría su transformación final en símbolo, dejando atrás su individualidad. Su última misión: eliminar a Nyra Solen, una ingeniera renegada que había robado una parte del código original del As de Corazones.

La encontró en la estación lunar abandonada de Selene 9. Pero al verla, algo en él cambió. Por primera vez, dudó. Nyra, en lugar de huir, le transmitió un recuerdo bloqueado con un pequeño artefacto mnemotécnico y una mirada directa: Kiro recordó cuando era un bebé, antes de ser parte del clan. Recordó su nombre original, el que su mamá usaba mientras lo bañaba y le daba amor. También recordó lo que su mamá le dijo con mucha amargura antes de morir: proteger tu alma humana antes de ser convertida en arma.

Al recobrar aquellos recuerdos, entendió lo que estaba pasando con su vida. Nyra le prometió que buscarían a su madre juntos, así emprendieron un viaje por las regiones profundas del Anillo de Gaia, perseguidos por misteriosos drones del Clan y por Vel-Onyx, el líder inmortal del Clan de las Mil Máscaras. Cada estación visitada les permitía recuperar fragmentos del código original y reconstruir la vida de Kiro: el As de Corazones no era un arma, sino un puente para reconectar a los humanos con sus emociones auténticas.

Kiro comenzó a experimentar sentimientos genuinos. Su espada, antes azul y fría, ahora brillaba con rojo metálico, reflejando su transformación interior.

En Gaia Central, frente al núcleo del Anillo, Kiro y Nyra confrontaron a Vel-Onyx y su séquito de guerreros. La batalla fue intensa, pero más para nuestro protagonista, quien tuvo que romper con una vida completa de educación para ser un arma. Vel-Onyx intentó robar de nuestros protagonistas el algoritmo del As de Corazones para reescribirlo y así controlar a más individuos.

Kiro, con la centésima flor tatuándose en su espalda, veía que se venía un gran efecto de transformación y energía; en ese instante eligió no convertirse en el símbolo, sino en humano. Fusionó su espada con el código completo del As de Corazones y la lanzó hacia el corazón de Anillo de Gaia. La red entera se llenó de un estallido rojo. Todos los seres humanos sintieron, por primera vez en mil años, la nostalgia, la pérdida, la belleza, el amor y el dolor.

En ese evento, Vel-Onyx se disolvió en miles de máscaras vacías, como si estas hubieran conformado átomo por átomo su ser. El Clan de las Mil Máscaras cayó a merced de las emociones que comenzaron a sentir; ya la lealtad y el honor al clan dejo de tener valor.

Pero en un momento, Nyra observó por todas partes y se dio cuenta de que Kiro no estaba; se había disuelto, ¿no sobrevivió?. Su cuerpo sintético se había desintegrado. Pero su conciencia permaneció como una resonancia en las mentes recién liberadas. Cada vez que alguien sentía algo genuino en el Anillo de Gaia, se decía que era porque el As de Sangre seguía latiendo en la red.

Posteriormente, Nyra viajó como curadora de las emociones humanas, enseñando a otros cómo sentir sin miedo.