Helen Jovel Agreda

La voz que se desprende del abismo y escribe para sostenerse. Con apenas dos décadas de vida, Helen Judith Jovel Ágreda ya ha trazado un itinerario literario desafiante y profundamente comprometido. Nacida en Santa Ana en el año 2000, su obra es una conjunción de fragilidad y fuerza, de la mirada herida y la escritura que arde. Autora de Alas Grapadas (DSD Artist, 2021) y directora de su propia editorial CCM R-A Editores, Helen es también investigadora, gestora cultural, columnista y tejedora de memoria desde su trinchera digital: la biblioteca virtual Memoria Colectiva.

SELECCIÓN 2024

diseño: Elizabet Sicilia. Coordinación General : Elizabeth Sicilia Edición de textos : Josué Andrés Moz

3/24/20242 min read

Algo sobre mí.

Helen Judith Jovel Agreda: (Santa Ana, 2000). Autora salvadoreña, que ha publicado el libro ‘‘Alas Grapadas’’, bajo el sello estadounidense DSD Artist en el 2021. Actualmente se encuentra desarrollando el libro de investigación ‘‘Postpandemia, Latinoamérica’’, el cual será publicado con la editorial salvadoreña CCM R-A bajo la dirección de la misma autora. Cuenta con participación como coautora en más de ocho libros entre ellos “Rostros de la literatura salvadoreña”. Es directora general del Colectivo Cultural Multidisciplinario Revolución Artística. Su editorial CCM R-A EDITORES se encuentra produciendo libros desde el año 2021. También ejerce una labor de columnista en la revista californiana Pixelescuscatlecos.com y lleva la administración de la biblioteca virtual ‘‘Memoria Colectiva’’. La autora posee reconocimientos y menciones honoríficas por organizaciones nacionales e internacionales, entre los que figuran: “Lenguaje de Esperanzas” 2023 y “Creatividad” 2021, acreditadas tanto por su desempeño artístico como por su aporte a la promoción cultural de un pueblo.

Patria te me estás muriendo,

y no has conocido el atardecer.

Agonizas en el rostro de la madre

que nombra a su hijo desaparecido.

Patria, te me estás muriendo,

y no te han dejado ser.

Ahora estás de rodillas ante la injusticia

por parte del despotismo.

Te han segado con un discurso elaborado,

y la sangre no puedes ver.

Patria, te me estás muriendo con

la esperanza,

de que un día no haya ni un tiro.

Las lágrimas de la madre se quiebran

porque su hijo jamás volverá a tener.

La madre clama justicia por el hijo,

que se fue y no volvió.

Mi tierra se ha teñido de sangre,

la han convertido en una fosa clandestina,

el viento grita,

no se fue se lo llevaron.

Patria te me estás matando a

cuchilladas y balazos.

Nos llamaron «poetas», pero yo soy solo una mujer divagante;

solo vago por este mundo con una

soga en el cuello,

con el diablo detrás... esperando que

me distraiga.

Llevo una sola sonrisa como obsequio,

mis ojos solo son dos pinceles

pintando cometas en el universo,

solo soy la sombra que se quedó impresa.

Soy solamente la navegante que escribe,

la mujer que es dueña de sí misma,

yo solo me he sentido parida por esta tierra.

Solo soy una sorda, qué escucho brusca

la melodía llamada vida; y escribe sobre ella

para poder seguir soportándola.


Mis ventanas se están cerrando

el sueño me está doblegando

y cuando me quedo viendo el vacío

las horas son minúsculos retazos.

Yo tengo las diez de la mañana;

para mi madre son las tres de la tarde.

Acabo de amanecer;

las manos de mi madre han envejecido;

el reloj reina el globo terráqueo,

dicen que morimos descifrándolo.

Son las tres de la madrugada;

alguien ha muerto, otro ha nacido...