Sobreviviente de las Bestias de Teresa del Bosque

En esta reseña, exploramos el universo poético de Sobreviviente de las Bestias, el más crudo y revelador poemario de la escritora salvadoreña Teresa del Bosque, donde el dolor se transforma en testimonio y la palabra se convierte en un acto de supervivencia. Publicado en 2024, el libro reúne textos que enfrentan la violencia emocional, el desamor y la alienación con una lírica afilada que se despoja de ornamentos para abrazar la crudeza del cuerpo y del alma.

JULIO 2025POESÍA Y NARRATIVA JULIO 2025

Coordinación y diseño: Elizabeth Sicilia

7/20/20255 min read

Algo sobre mí.

Teresa del Bosque, nacida Teresa Antonia Hernández González el 13 de junio de 1963 en San Miguel de Mercedes, Chalatenango, es una voz destacada en la literatura salvadoreña contemporánea. Poeta, docente, abogada y notaria, desde temprana edad encontró refugio en la escritura, componiendo su primer poema a los 15 años. Su formación incluye diplomados en desarrollo humano, género y derecho, que se entrelazan con su visión crítica y sensible del entorno social.

A lo largo de su carrera ha obtenido diversos reconocimientos, como el primer lugar en el Concurso de Poesía a la Madre (1978) y el Certamen de Literatura Infantil (2020). Su obra publicada abarca desde poemarios cívicos hasta propuestas lúdicas para la infancia, como Mi Mundo Infantil o Aprende y colorea con el mundo animal. Su libro más reciente, Sátira de hojalata (2022), destaca por su crítica lírica al caos urbano y social, demostrando una evolución poética que fusiona lo íntimo con lo colectivo.

Teresa ha sido impulsora de concursos de cuento y oratoria en espacios educativos, y sus escritos han aparecido en revistas del Ministerio de Educación, periódicos nacionales y antologías internacionales. Participa activamente en encuentros poéticos y recitales, llevando la palabra a escenarios diversos. Su poesía, intensa y emocional, aborda temas como la memoria, el dolor, la esperanza y la identidad, consolidando su lugar en el panorama cultural de El Salvador e Iberoamérica.

Reseña: Sobreviviente de las Bestias

Publicado el 20 de diciembre de 2024, Sobreviviente de las Bestias traza el recorrido del alma por el fuego sanador, visibiliza la violencia de género naturalizada en nuestra sociedad y convierte el recuento de sus enfrentamientos con las bestias en un acto de memoria, valentía y reivindicación. Este acto poético es inspirador y nos hermana con tantas mujeres que crecimos, acompañamos y amamos a las bestias bajo un sistema que aprendió a relacionar actos de violencia con actos de amor. El amor romántico, los vínculos familiares y los roles de género obedecen ahí a juegos de poder que justifican la vulneración de las mujeres y sus derechos dentro de códigos culturales naturalizados.

La autora despliega una lírica que fluctúa entre lo onírico y lo visceral, hilando metáforas que desnudan el dolor y la memoria. En lugar de lamentar el sufrimiento, Teresa del Bosque lo transmuta en gesto de poder: el silencio se convierte en estallido verbal, la herida en fuente de creación. La voz poética no implora compasión; con voz firme, reclama su derecho a existir y a nombrar lo innombrable.

Tres poemas —“El monstruo”, “Nunca conocí a mi verdugo” y “Bestia herida”— condensan la tensión del libro. En “El monstruo” la conciencia aprisionada se revoluciona hasta esparcir

una pluma ceniza en el pecho
y tres rubíes empotrados en sus garras

En “Nunca conocí a mi verdugo” la floración marchita se rebela contra quien hirió, y en “Bestia herida” el cuerpo renace como instrumento de redención y desafío. Cada texto es un ritual de autoconocimiento frente al vacío.

Más que un poemario, Sobreviviente de las Bestias actúa como manifiesto de resistencia frente a los mitos del amor y la familia que perpetúan la sumisión femenina. Al nombrar sus propias bestias, Teresa del Bosque no solo reivindica su voz, sino que convoca a un despertar colectivo: reclamamos reinterpretar los vínculos que nos marcan, reconocer la violencia soterrada en los discursos de “cariño” y construir nuevos lazos basados en la libertad y el respeto mutuo.

En definitiva, este libro consolida a Teresa del Bosque como una voz imprescindible de la poesía salvadoreña contemporánea. Sobreviviente de las Bestias nos recuerda que la supervivencia es un acto poético y colectivo, y que, al compartir nuestras heridas, tejemos resistencias que trascienden el estigma y nos abren a la esperanza.

Se rompió la voz del perverso jinete

entre las patas de la vida

conjurada por el alma de mis heridas

Cayó como campanario enmohecido

de lloronas campanas

bellacas al igual que el planeta

de sus ojos anuros

Me dolió el rastrojo del costado

hijo de la misma herida

polinizada por aquel nefasto patriarca

Desgarré el sortilegio con mis labios

sordos de bálsamo y tiempo

misericordia y perdón

Maduraron sus escombros

Se sacudió el polvo

y jamás se elevó como se elevan los cohetes

por pura vanidad

Su incisivo de fuego

el viento acercó a mi pétalo

sediento por morir

Nada era especial en mi floración de hiedra seca,

quemada

Nada era falso en mi pureza desbocada

Solo quería suicidarme

en la locura orgásmica

de aquella luna degollada

previa a ser

La madeja enloquecía

liada al estilete infernal de los relámpagos

Lluvia no cabía en la boca del amor desesperado

Tanto filo, tanta roca tóxicamente se lucia

Tanta espera para nada

porque nada pintaba la burla alfabética en el surco

lerdo como el horizonte de mis dudas

mis prisas

mis quimeras

vacías

Mejor que nada, se decía

Mejor haber sido miel, aunque envenenada

El humo menguaba en la pupila

Crecían los cerezos

170tan altos como el hilo reventado de la vida

Salía el sol: deforme, astillado, justo

sobre el hielo huérfano de mis heridas

Ascendí vírgenmente, sin igual,

al eco de la luz que me hizo cruz

panela de luciérnaga apagada

sed de mundo, funeral

Mi negación

jamás conoció al carnicero de su flor.

El monstruo ciego y mudo

ya estaba en una jaula

agria desde su conciencia

Pasó silbando uno menos tonto:

horco letal que le cambió el sueño absurdo

por un lecho enrejado de pétalos secretos:

trampas en la llave turquesa de sus ojos

¡Por qué!

¡Si el monstruo sin razón ya tenía jaula!

El monstruo se agitaba

hasta convertirse en afonía de tormenta

Esgrimía las sábanas rebalsando

de celo sangre veneno

El monstruo quería colgarse

de la mirada del viento o del trapecio del sol

No se explicaba

por qué la luz de la estrella tiene que morir

Por qué es tan caro para un monstruo

multiplicarse en cuerpo de mujer

El monstruo amaneció con otra piel

una pluma ceniza en el pecho

y tres rubíes empotrados en sus garras

El monstruo se agitó en el Pegaso

que al verdadero monstruo derribó

para retozar sobre el arcoíris del viento

abrazada a sus reales fenómenos del amor.